Inicio » Archivos » Fundamentos Biológicos » Patologías y Lesiones Deportivas |
Problemas en Zona Lumbar
ZONA LUMBAR: ZONA DE CONFLICTOS El dolor lumbar es uno de los problemas médicos más costosos en la sociedad actual. El problema se agrava porque el dolor lumbar suele tener un origen idiopático, esto es, inespecífico. Evidentemente, si no sabemos cómo se origina el dolor, la forma de prevenirlo no puede ser específica, sino orientada al fortalecimiento y mejora de la flexibilidad de la zona lumbar y, para prevenir descompensaciones musculares, también de la zona abdominal. Borenstein (1999; en Jiménez, 2005:189) afirma que el 85% de los dolores lumbares son inespecíficos, el 95% según la REIDE (Programa Europeo COST B13) y diversos autores (Rossignol et al, 1988; Frymoyer et al, 1985) afirman que las recaídas suelen ser frecuentes si no se realiza un trabajo preventivo. El problema es que esta patología suele ocasionar un 11,4% de las bajas laborales (así ocurrió en el periodo 1993-1999) y provocar una incapacidad temporal de 22 días (González y Condón, 2000). Debido a la importancia de este asunto, se crea el Programa Europeo COST B13 que edita la "Guía de Práctica Cínica de la Lumbalgia Inespecífica" (14/12/2005). Podemos encontrar fácilmente en Internet la Guía de dicho programa a través de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (www.reide.org). Según este documento, los pacientes pueden ser clasificados en tres grupos, en función de las señales de alerta que presenten: a) Posible enfermedad sistémica (infección, cáncer, osteoporosis, etc.) b) Comprensión radicular que requiere valoración quirúrgica c) Lumbalgia inespecífica Evidentemente, no corresponde al profesional del ejercicio físico diagnosticar en que grupo se encuentra cada sujeto, pero si conocer las posibles consecuencias de cada grupo. Para el especialista, diferenciar entre los pacientes del grupo a) y los del b) o c) es algo relativamente sencillo, ya que las señales de alerta son muy notorias en el primer caso. Sin embargo, las diferencias sintomáticas en los casos b) y c) son muy similares y es aquí donde se encuentra la verdadera raíz del problema. El síntoma principal durante las 2 primeras semanas, en los casos b) y c) es el mismo: dolor inespecífico en la zona lumbar y/o dolor radicular. Si pasado este tiempo, el paciente no mejora, es el momento de sospechar que el problema puede ser más grave que una simple lumbalgia inespecífica y proceder a realizar pruebas más costosas y a la vez, más aclaratorias. Sin embargo, el informe advierte que no es recomendable partir de las pruebas diagnosticas para tratar al paciente, ya que una radiografía puede confundir más que aclarar, debido a que se pueden encontrar hallazgos sin importancia, como desgastes discales o escoliosis. La cuestión es que estas imágenes se observan tan frecuentemente entre los sanos como entre los sujetos con dolor (El mundo, 16/12/2005). La resonancia magnética se presenta como la prueba más interesante para evaluar al paciente. El tratamiento para el grupo c), el más habitual es: (1) Evitar el reposo. Se admite como máximo 48 horas en cama si el dolor es imposibilitante. (2) Actividad física. Concretamente, el mayor grado de actividad física que admitan sus molestias. Comenzando con la recuperación de las acciones y gestos cotidianos en cuanto el dolor lumbar empiece a menguar. A partir de la segunda a sexta semana de tratamiento debería producirse el comienzo de la actividad física sistemática, preferentemente de la mano de un profesional. (3) Analgésicos, antiinflamatorios y/o miorrelajantes al comienzo del tratamiento para ser retirados lo antes posible. El problema de los analgésicos es que camuflan el dolor, con lo que el dolor, que sirve de indicador de la mejora, pierde efectividad como evaluador del estado de la patología. Llegados a este punto, es casi obligatorio preguntar: ¿Qué ejercicio es mejor? La respuesta del Programa es sorprendente: "Cualquier tipo de ejercicio físico tiene efecto, y no hay datos para recomendar un tipo o intensidad determinada, por lo que se recomienda prescribirlo teniendo en cuenta las preferencias del cliente". La premisa es: "será mejor hacer algo, sea lo que sea, que no hacer nada". El campo de trabajo que se abre a continuación es alentador. Afortunadamente, el informe nos conduce a la página web www.espalda.org, en la que, por fin, encontramos propuestas de ejercicio físico recomendable: (1) Comenzar andando o nadando para evitar el debilitamiento que conlleva la inactividad. (2) Incrementar progresivamente la intensidad del ejercicio aeróbico a partir de la segunda semana. (3) Evitar el circulo vicioso en el que se puede caer con facilidad de: dolor – sedentarismo – hipotonía muscular – aumento del dolor y del riesgo de recaída, etc. A partir de aquí, la individualización de las propuestas de ejercicio físico cobra importancia. Una serie de aspectos son comunes: trabajo de fortalecimiento y mejora de la flexibilidad de la zona lumbar, y fortalecimiento de la zona abdominal prestando especial importancia al transverso del abdomen. Curiosamente, en circunstancias... Desde estas líneas, aprovecho para invitar a todos los profesionales de la actividad física a profundizar en estos aspectos, ya que la comunidad médica viene a delegar el aspecto preventivo del ejercicio físico en otros profesionales, con lo que genera un campo de trabajo excepcional. Jiménez (2005:25) afirma con gran acierto, que el futuro del entrenador personal pasa por el reconocimiento del sector médico y sanitario, mejor oportunidad que esta, difícilmente encontraremos. Fuentes: www.kovacs.org, www.reide.org, www.espalda.org, www.elmundo.es (16/12/2005), Jiménez et al, 2005: Personal Training (pp. 25, 188-192). | |
Categoría: Fundamentos Biológicos, Patologías y Lesiones Deportivas |
|
¡No dudes en dejar un comentario! | |